miércoles, 18 de septiembre de 2013

Escuelas de la Sagrada Familia

Las escuelas de la Sagrada Familia se realizaron por encargo de la Asociación de Devotos de San José que presidía Josep Maria Bocabella, fundador del templo de la Sagrada Familia. Su principal promotor fue mosén Gil Parés, primer párroco de la Sagrada Familia, que fue director de la escuela hasta 1930. En principio se siguió el método pedagógico de Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María de Granada, pero desde 1915 se aplicó el método Montessori. Las Escuelas fueron inauguradas el 15 de noviembre de 1909 por el obispo de Barcelona, Juan José Laguarda y Fenollera. Las pequeñas Escuelas de Gaudí, a los pies de la Sagrada Familia, son la joya de la arquitectura modernista en ladrillo, que ha permanecido ensombrecida por el templo que, como un gigante, obviamente las eclipsa. Se construyeron en el año 1909 con carácter provisional para los párvulos de los obreros, sabiendo que su ubicación impedía terminar el templo. Durante la guerra civil, fueron incendiadas un par de veces (1936 y 1938), y se rehabilitó su cubierta en 1940 por Quintana, sucesor de Gaudí, con las variaciones respecto del original. Durante 15 años el profesor Adell, en contacto con la Junta Constructora del Templo (J.C.T.), hizo múltiples propuestas para que se trasladaran las escuelas de forma íntegra a una mejor ubicación. Ante el rápido crecimiento de la planta del templo, y sin poderlo impedir, en el año 2000 la J.C.T. cortó la esquina noreste para añadir un pilar a la nave principal del templo. Posteriormente, en el año 2002, en el 150º aniversario del nacimiento de Gaudí, la J.C.T. apresuradamente, decidió destruirlas para reconstruirlas manteniendo sólo tres de esos pedazos, a pesar de la oposición pública que el profesor Adell manifestó en el Ateneo de Barcelona y en los periódicos. De nada sirvió que un monumento histórico artístico que se había propuesto trasladar por flotación de forma íntegra a la plaza colindante o a otra parte del solar de la S.F., se destrozara para reconstruirla con errores y sin apenas mantener el original. Tampoco fue tomada en consideración la propuesta de nueva cubierta planteada por el profesor Adell junto con el arquitecto Eladio Dieste, que hubiera supuesto la evolución tecnológica que a Gaudí le hubiera gustado, en esta obra experimental, donde combinaba las técnicas y las formas con gran originalidad en los inicios de su creación arquitectónica.

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